El reto de la Dana para los administradores de fincas

Las inundaciones sufridas en la comarca del l’Horta Sud de Valencia el pasado 29 de octubre a consecuencia de la Dana, están suponiendo un reto inesperado para los administradores de fincas y las empresas y profesionales responsables del mantenimiento y conservación de los edificios.

En primer lugar, los esfuerzos deben centrarse en garantizar la habitabilidad y salubridad de los edificios. Esto implica tomar medidas de choque para extraer las aguas lodosas y fangos de los sótanos, reponer los servicios básicos afectados, y limpiar y desinfectar las zonas dañadas. Esta tarea supone un ingente trabajo para los administradores de fincas debido a la magnitud del área afectada, la falta de recursos, la descoordinación entre administraciones y la desesperación de los afectados.

Sin embargo, una vez implementadas las medidas urgentes, es necesario abordar la reparación de daños. Esta labor, que también recae en los administradores de fincas, debe contemplar todos los desperfectos, tanto visibles como ocultos, ya que los daños que se manifiesten más adelante serán difíciles de indemnizar si los expedientes del Consorcio de Compensación de Seguros ya se han cerrado.

Los daños no visibles de la Dana

Desde VALIA, reafirmando nuestro compromiso de apoyo técnico a los administradores de fincas, y en colaboración con el arquitecto D. Luis Miguel Hernández Benhamou, subrayamos la importancia de abordar la reparación de daños de forma estructurada. Es crucial partir de un estudio previo que contemple también daños no visibles, tales como:

  • Corrosión en elementos eléctricos: Las sales y materia orgánica contenidas en el barro pueden causar daños en motores, ventiladores, embarrados, seccionadores, cajas de empalmes, magnetotérmicos, diferenciales, cuadros eléctricos y fusibles. Aunque estos componentes aún funcionen, la corrosión podría derivar en averías, falsos contactos, derivaciones, sobrecalentamientos e incluso incendios. Para prevenir estos riesgos, es fundamental limpiar dichos elementos con agua desionizada o sustituirlos. Esta problemática también afecta a sistemas de detección de incendios, mangueras BIES y extintores.
  • Instalaciones de saneamiento colgadas: Estas deben revisarse minuciosamente, ya que pequeñas roturas pueden provocar pérdidas a medio plazo. Asimismo, las redes horizontales de saneamiento podrían haber quedado obstruidas con barro y restos, por lo que se recomienda limpiar arquetas domiciliarias y pozos, e inspeccionar y sanear el resto de la red.
  • Revestimientos en paramentos y suelos: Los zaguanes y, sobre todo, los garajes afectados deben limpiarse completamente de barro, suciedad y restos orgánicos, y desinfectarse. Posteriormente, es necesario esperar al secado completo para comprobar la adherencia de los materiales, ya que algunos revestimientos podrían desprenderse con el tiempo.
  • Estructura del edificio: Cualquier patología debe ser inspeccionada de inmediato por un técnico especializado. También se debe supervisar la evolución de posibles daños durante el próximo año.

Ayudamos a los administradores de fincas

Los administradores de fincas juegan un papel clave, no solo en la coordinación de las medidas urgentes, sino también en la planificación de reparaciones a largo plazo de las consecuencias de la Dana, garantizando la seguridad y conservación de los inmuebles, así como el bienestar e integridad de sus propietarios.

Desde Valía, ponemos a su disposición nuestra amplia experiencia y trayectoria profesional, ofreciendo soporte tanto en la realización de estudios previos como en la planificación y ejecución de las intervenciones necesarias, con el firme compromiso de brindar un servicio eficiente y profesional, enfocado en garantizar la integridad y la tranquilidad de las comunidades que confían en nosotros.

Alberto Descalzo, gerente de Valía.
Luis Miguel Hernández Benhamou, arquitecto superior.

 

 

Preguntas Frecuentes (FAQ)

¿Cuál es el primer reto de los administradores de fincas tras la DANA y qué medidas son urgentes?

El reto inmediato es garantizar la habitabilidad y salubridad de los edificios. Las medidas urgentes incluyen la extracción de aguas lodosas y fangos de sótanos, la reposición de servicios básicos afectados y la limpieza/desinfección exhaustiva de las zonas dañadas.

¿Por qué es crucial identificar los daños ‘no visibles’ de la DANA lo antes posible?

Es crucial porque los daños que se manifiesten en el futuro serán difíciles de indemnizar si el expediente del Consorcio de Compensación de Seguros ya ha sido cerrado. Un estudio previo debe identificar riesgos ocultos, como la corrosión en elementos eléctricos o pequeñas roturas en instalaciones de saneamiento.

¿Qué tipo de daños no visibles pueden surgir en las instalaciones eléctricas tras una inundación?

Las sales y la materia orgánica del barro causan corrosión en componentes esenciales (motores, cuadros, magnetotérmicos, diferenciales, etc.). Esta corrosión puede derivar en averías, falsos contactos, sobrecalentamientos e incluso incendios, haciendo imprescindible limpiar con agua desionizada o sustituir los elementos afectados.

¿Qué inspecciones se recomiendan para las instalaciones de saneamiento después de una inundación por DANA?

Se debe revisar minuciosamente el saneamiento colgado para detectar roturas y limpiar las redes horizontales de obstrucciones. Es esencial limpiar arquetas domiciliarias y pozos e inspeccionar el resto de la red para evitar pérdidas y problemas a medio plazo.

¿Qué papel juega Valía en el proceso de reparación de daños post-DANA para los administradores de fincas?

Valía ofrece soporte técnico especializado y experiencia profesional para guiar al administrador de fincas. Esto incluye la realización de estudios previos para detectar daños visibles y no visibles, además de la planificación y ejecución de las intervenciones necesarias para garantizar la seguridad e integridad del inmueble.

¿Es necesario revisar la estructura del edificio aunque no haya daños evidentes inmediatamente después de la DANA?

Sí. Es fundamental que cualquier patología o sospecha sea inspeccionada de inmediato por un técnico especializado. Además, se recomienda supervisar la evolución de posibles daños estructurales o de asentamiento durante el próximo año para detectar problemas tardíos.

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